¿Qué son los metales pesados y qué relación tienen con nuestra salud?

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Los seres vivos necesitamos de pequeñas cantidades de minerales para llevar a cabo los procesos biológicos que nos mantienen con vida, una disminución o un exceso de estos afectaran la regulación normal de nuestro organismo. En años recientes las actividades del hombre han incrementado el número de emisiones de metales pesados al ambiente a valores por encima de los normales, ocasionando daños a nuestra salud e incluso de la flora y fauna que nos rodea, debido a que en grandes cantidades resultan tóxicos. Serios problemas de salud, como el desarrollo de varios tipos de cáncer, anemia, daño en órganos, irritación intestinal, depresión, entre otras.


Los metales pesados tienden a acumularse y esto provoca problemas en la salud después de que ingresan a nuestro cuerpo a través de las vías respiratorias o al ingerir alimentos que sufrieron de un contacto previo, la contaminación de los ecosistemas y la exposición de animales y plantas de consumo humano es un tema importante referente a la salud alimentaria. Es muy común hablar sobre la contaminación, sin embargo, las causas que la provocan son muchas, en esta ocasión profundizaremos en la contaminación por metales pesados, las fuentes de emisión y como impacta con respecto a nuestra salud.

¿Qué son los metales pesados?

Los metales pesados se caracterizan por tener cinco veces más densidad que el agua, son elementos con elevado peso atómico, no son químicamente biodegradables, tienden a bioacumularse; esto los convierte en tóxicos muy peligrosos para el ambiente, ya que persisten en los ecosistemas por extensos periodos de tiempo al ser iones altamente estables y su degradación natural compleja (Rodríguez Heredia, 2017).

Se encuentran generalmente entre los componentes de la corteza terrestre en concentraciones que dañan al ambiente y a las diferentes formas de vida, sin embargo, el hombre los ha incluido en los procesos industriales y otras profesiones como la plomería, reparación de baterías, fotografía, entre otros.

Algunos de estos metales son necesarios para que los procesos bioquímicos y/o fisiológicos del organismo se lleven a cabo correctamente, por lo que es necesario adquirirlos mediante la dieta o por suplementación, algunos ejemplos de estos metales son: hierro (Fe), calcio (Ca), zinc (Zn), cobre (Cu), manganeso (Mn), molibdeno (Mo), vanadio (Va), y cobalto (Co).

No debemos olvidar que existen muchos otros metales pesados que no desempeñan una función fisiológica conocida y su presencia genera alteraciones a la salud, por lo que es mejor evitar el consumo y exposición a elementos como: aluminio (Al), arsénico (As), bario (Ba), cadmio (Cd), cromo (Cr), estroncio (Sr), mercurio (Hg), níquel (Ni), oro (Au), plata (Ag), plomo (Pb), selenio (Se), silicio (Si) y talio (Tl) (Londoño Franco et al., 2016).

¿Cómo afectan nuestra salud?

Estudios realizados recientemente indican que, en comparación a hace 400 años, actualmente en nuestros huesos tenemos de 400 a 1000 veces más plomo, debido a un contacto constante con este metal a través de la alimentación, y de productos y procesos industriales.

La contaminación del aire es un tema preocupante en países desarrollados y sobre todo en países en desarrollo, ya que se ha visto que está relacionada con genotoxicidad (es la capacidad de ocasionar daños al ADN), infecciones de las vías respiratorias, enfermedades cardiacas, embriotoxicidad (efecto toxico presentado sobre el embrión que ocasiona malformaciones, alteración del crecimiento, muerte prenatal y funciones alteradas después del parto) y una mayor susceptibilidad a desarrollar cáncer de pulmón; se estima que 1.2 millones de personas mueren cada año debido a la contaminación del aire generada por vehículos, industrias y producción de energía a nivel urbano (Londoño Franco et al., 2016).

Los metales pesados no solo se encuentran en el aire, sino también en el agua, el suelo y en los alimentos; por lo que podemos inhalarlo, ingerirlo, beberlo e incluso por contacto con superficies contaminadas. Estos metales favorecen la formación de radicales libres, responsables de causar estrés oxidativo e inhibir la reparación de los daños al ADN, provocando el padecimiento de inflamación crónica del tracto respiratorio y, como resultado de la toxicidad, derivarse en muerte por necrosis o apoptosis, caracterizado por la fragmentación de ADN.

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Lo anterior convierte a la contaminación causada por metales pesados en un tema sumamente preocupante para la salud publica en todo el mundo, región y localidad en donde influye negativamente a la funcionalidad e integridad de la organización de los ecosistemas.

Una vez que los metales tocan el suelo estos pueden ser adquirido por las plantas a través de las raíces, a partir de aquí los animales herbívoros al consumir las plantas introducen a estos compuestos tóxicos a la cadena alimenticia (Parras Ochoa, 2014).

Fuentes de emisión y afectaciones a la salud de los metales pesados más abundantes

Ya se mencionaba antes que los metales pesados se encuentran de forma natural en la corteza terrestre, pero su concentración se ve aumentada por acción humana. A continuación, se enlistarán las fuentes de emisión, las aplicaciones y las afectaciones a la salud de algunos de estos compuestos tóxicos (Rodríguez Heredia, 2017):

  • Plomo (Pb): este metal es utilizado para la elaboración de latas, proyectiles y municiones, cerámica vidriada, baterías, pinturas, insecticida, gasolina, electrónicos y la fundición primaria y secundaria de metales.

    Los síntomas que se presentan después de: una exposición reciente son vómitos, alteraciones digestivas, renales y hepáticas, convulsiones y dolores abdominales; o una intoxicación crónica son migraña, cansancio, cólicos, irritabilidad, neuropatía (trastorno en el que el sistema inmunológico ataca al sistema nervioso por error), problemas en el metabolismo que se detectan debido a una cantidad inusual de aminoácidos en la orina, niveles elevados de glucosa en la orina, encefalopatía (alteración de la función cerebral) y alucinaciones acompañadas de la pérdida de memoria.

  • Mercurio (Hg): operaciones mineras para la extracción de cobre, plata y oro, fundición de metales primarios y secundarios, producción de carbón y coque (combustible utilizado en la fundición de algunos metales), generación de electricidad a partir de la quema de combustible y carbón, incineración de desechos peligrosos y biológicamente infecciosos, por ejemplo: personas con empastes de amalgama provoca la liberación de mercurio a la atmósfera y que se deposite en el suelo al momento de su cremación, además la quema de electrónicos, desechos hospitalarios, y la ruptura de dispositivos que lo contienen, como termómetros y barómetros; otra fuente de emisión es la quema de desechos domésticos y la fundición de metales no ferrosos.

    Una intoxicación con mercurio puede provocar alteraciones psicológicas, gingivitis, temblores y aborto espontaneo; un contacto leve a los vapores se manifiesta como una pérdida de memoria, insomnio, angustia e irritabilidad, perdida del apetito y temblores; un contacto moderado provoca padecimientos renales, alteraciones motoras y trastornos mentales; niveles altos de vapores de mercurio, aunque sea una breve exposición, puede ocasionar daños pulmonares y la muerte.

  • Cadmio (Cd): podemos encontrar este metal en fertilizantes fosfatados, detergentes, pinturas, aleaciones, baterías recargables, productos de petróleo refinado, galvanización, pigmentos y estabilizadores que evitan la degradación de los plásticos y PVC (policloruro de vinilo) por oxidación, aunado a esto, erupciones volcánicas, incendios en áreas naturales, la quema de madera, carbón y petróleo.

  • Manganeso (Mn): las plantas de producción de energía y cemento, industria química, la quema de combustibles fósiles, la incineración de residuos no peligrosos generados en el hogar, comercios y oficinas; son una fuente de liberación de manganeso, este elemento es utilizado en medicina como oxidante, astringente y germicida.

  • Zinc (Zn): además de utilizarse en industrias que ya se han mencionado en otros compuestos, como aleaciones, baterías, industria médica, pinturas productos agrícolas y galvanización; el zinc es utilizado en la industria cosmética en desodorantes, champús y acondicionadores anticaspa.

  • Níquel (Ni): este metal pesado es utilizado en la industria metalúrgica, en la galvanización de metales, en la fabricación de baterías y equipos solares; además entre las fuentes de emisión del níquel se encuentra la minería de metales ferrosos y en las aguas de desecho de procesos de recubrimiento. Este elemento es esencial para nuestra salud en pequeñas cantidades.

¿Es posible eliminar los metales pesados del organismo?

Es posible eliminar metales pesados del organismo utilizando métodos naturales como el consumo de brócoli, cilantro, ajo y coles de Bruselas ya que tienen propiedades antioxidantes que contribuyen a la desintoxicación de metales pesados en el cuerpo; además, el consumo de aceite de pescado y de suplementos de chlorella ayudan a movilizar los metales pesados para eliminarlos del organismo y, en el caso de la suplementación de chlorella, esta también ayuda a que no ocurra una reabsorción de estos compuestos dañinos (Bravo & Quispe, 2018).

Conclusiones:

Tomando en cuenta la información anterior, podemos concluir que los metales pesados se encuentran presentes en nuestra vida diaria y que, aunque sea solo en leves concentraciones estos compuestos tienden a acumularse en nuestro organismo, el suelo y las plantas; esto nos lleva a pensar que tal vez nunca seremos capaces de erradicar el uso de metales pesados en la industria y restaurar los niveles naturales de metales pesados en la corteza terrestre.

Por lo anterior, debemos procurar nuestra salud, mediante el consumo de alimentos que contribuyan a evitar la intoxicación por metales pesados y a eliminar estos tóxicos ambientales que pueden ser muy peligrosos, en especial si no se encargan de contribuir en las funciones biológicas de nuestro organismo.

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