Nutrición Basada en el ADN: Personalizando tu Camino Hacia el Bienestar

Mantener actualizada la noción que tenemos en torno a nuestra nutrición es una de las herramientas fundamentales para mejorar nuestra salud. Con esta práctica, se pueden reforzar las mejores recomendaciones en torno al diseño de dietas, para así enfocarlas hacia la prevención de enfermedades y la optimización de la salud.

En el transcurso de la vida de una persona, los hábitos de alimentación y la actividad física representan factores ambientales que ejercen una gran influencia en torno a la expresión de los genes. De este modo, entre más apego haya hacia una alimentación basada en la nutrigenética, mejor será el desarrollo de esa persona.

Con la expansión y popularidad de la nutrición personalizada, se abre un horizonte más para acercarnos hacia el bienestar óptimo: mientras un 30% de nuestra salud general está determinado por nuestra genética, esto nos deja con al menos un 70% que podemos utilizar para impulsar ese otro 30% que ya está predefinido.

En la transición hacia un enfoque genético para la alimentación, se puede subrayar que la nutrigenética nos ayuda a evidenciar cómo nuestro cuerpo reacciona hacia alimentos que nos hacen daño, mientras que la nutrigenómica surge para señalar y recomendar lo que debemos comer para que esto ya no suceda.

Bajo este enfoque, la nutrición y la genética fusionan sus esfuerzos junto a la nutrigenómica para activar o silenciar nuestros genes. Por ejemplo, se sabe que la oxidación y la inflamación son algunos de los principales detonadores de enfermedades que antes estaban inactivas. 

Por otro lado, los factores presentes en el medio ambiente en el que se vive son una fuerte influencia en la salud individual, entre ellos:

  • El cambio climático general y los cambios bruscos del mismo de un día a otro

  • El exceso de ruido ambiental tanto en el trabajo, como en el hogar.

  • La contaminación general del aire y el aire en entornos cerrados.

  • La calidad del agua potable y acceso a servicios de saneamiento.

  • Cercanía a zonas donde se emplean plaguicidas y agua tratada para riego.

  • Proximidad a áreas donde hay manejo de desechos tóxicos, fuentes de radiaciones dañinas, así como otros agentes químicos y biológicos dañinos.

Gracias a la nutrigenética y la nutrigenómica hoy en día podemos dejar de transformarnos en lo que comemos diariamente, para así comenzar cada día comiendo de acuerdo a lo que somos. Mismo concepto que también aplica para los factores medioambientales a los que nos exponemos día con día.

La genética en torno al diagnóstico y prevención de enfermedades

Hasta el momento, se conoce el detonante genético de al menos 3,000 enfermedades. Este gran aporte a su vez reduce los diagnósticos basados en sospechas para inclinarlo hacia la práctica de las pruebas genéticas y confirmar un diagnóstico clínico certero.

Por otro lado, cuando se trata de enfermedades que rara vez se presentan en la población general o presenta síntomas poco conocidos o ambiguos, se recurre al análisis completo del genoma completo.

Otra acción preventiva está en sugerir los análisis genéticos antes de considerar tener hijos, ya que los padres podrían portar alelos de riesgo para una enfermedad recesiva, aumentando así la posibilidades de pasarla a la siguiente generación.

Aunque hasta el momento los estudios y análisis previos sólo estiman las enfermedades más frecuentes o las que son conocidas como más graves, estos datos siguen siendo un factor importante. 

Por ejemplo, cuando se detecta una mutación de riesgo en los pacientes, esto aumenta la cantidad de los mismos que van directo a realizarse estudios. En el caso del cáncer hereditario, por ejemplo, esto ayuda a detectarlo en sus primeras fases o incluso fases anteriores, para así tomar así una decisión más certera al respecto.

La genética en torno al tratamiento de enfermedades

Al igual que con los alimentos y otros factores externos a los que exponemos a nuestro organismo día con día, nuestra genética también influye en cómo respondemos a los medicamentos y los distintos tratamientos disponibles. 

Esta respuesta puede llegar a ser desde eficaz hasta tóxica, donde la farmacogenética procura modular la relación entre el genoma humano y su interacción con los fármacos. Esto también contribuye significativamente a mejorar la precisión con la que se apunta para atender las vías moleculares afectadas.

Asimismo, los avances y la investigación de enfermedades desde el paradigma genético han abierto puertas en su camino para el desarrollo de tecnologías médicas que aún siguen vigentes y relevantes, como lo son las pruebas PCR, la clonación del ADN, la ingeniería genética y las que están próximas a llegar.

Las ciencias de la nutrición y la genética han unido sus esfuerzos para dar pasos agigantados hacia una nutrición diseñada a partir del ADN. Con este abordaje, se busca optimizar todas nuestras elecciones alimenticias para así aprovechar nuestro máximo potencial de salud.

Ya no se trata sólo de contar las calorías o los niveles de gluten, sino comprender la relación entre nuestros genes y todos los factores a los que los exponemos, ¡sobre todo en una era donde la personalización se ha convertido en el estandarte principal del progreso! 

Comprender y trabajar con la singularidad de nuestra información genética nos acerca cada vez más hacia una vida más saludable, resistente y sustentable. Un futuro en el que debemos poner sobre la mesa de trabajo los desafíos a superar para que la revolución genética sea una realidad sostenible y al alcance de todos.

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