Farmacogenómica: ¿nueva herramienta indispensable?

farmacogenómica

De forma general, la farmacogenómica puede indicarnos qué tratamiento nos dará resultados positivos y cuál podría no tener ningún efecto o incluso una reacción adversa que pudiera agravar el estado de salud del paciente. Desde que fuimos capaces de descifrar el genoma humano los avances en medicina se han disparado, todo gracias a la valiosa información que podemos encontrar en nuestro código genético y a la que no habíamos podido acceder, pero que estuvo ahí todo el tiempo. 

Ahora somos capaces de encontrar las causas a enfermedades que pensábamos aparecen sin explicación, mediante el uso de las herramientas de análisis molecular podemos acceder a una gran cantidad de información, y al saber interpretarla logramos conocer datos valiosos sobre nosotros, pero los avances no se han limitado solo en ser capaces de conocer el origen de las enfermedades, sino también en el diseño del mejor tratamiento, como puede ser la respuesta de nuestro cuerpo a diferentes medicamentos, lo que hace posible evitar los efectos adversos y el saber qué fármaco y dosis darán los mejores resultados en un tratamiento; todo esto sin tener que pasar por una fase de prueba y error.

Ser capaces de determinar el tratamiento ideal para tratar una enfermedad puede sonar como algo casi mágico, pero todo se lo debemos a los años de trabajo en investigación genética y genómica, por permitirnos acceder a la información que se encuentra en nuestro código genético.

¿Qué es la farmacogenómica?

La farmacogenómica, también conocida como PGx, tiene como propósito el estudio de las variantes genéticas en un individuo que podrían afectar la forma en la que reacciona a ciertos fármacos. Desde hace mucho tiempo, específicamente en el año 1892, importantes doctores mencionaron que no hay dos pacientes iguales, por lo que, el tratamiento que funcionaba en uno no funcionaba en otro (Quiñones et al., 2017); incluso se decía que la medicina era en realidad un arte en lugar de una ciencia, por las diferencias entre los pacientes, es decir que la medicina tradicional podría verse como un acto de adivinación.

Sin embargo, con la aparición de la genómica y tiempo después de la farmacogenómica, es posible evitar esta fase de prueba y error en los tratamientos médicos, debido a que se estima que el 60% de las diferencias en respuesta a fármacos se debe a la variabilidad genética. Aunque aún faltan estudios por realizar al respecto, a la fecha ya se conoce el mecanismo de acción de las enzimas en nuestro organismo para el aprovechamiento de fármacos, estas enzimas son las encargadas de la biotransformación de los medicamentos, en otras palabras, se encargan de romper y convertirlo en la sustancia activa que puede aliviar los síntomas de la enfermedad que tengas para después ser eliminada del organismo.

La utilidad de los resultados de una prueba farmacogenómica son muy variados, ya que incluyen enfermedades como el cáncer, depresión, enfermedades cardiovasculares, trastornos del metabolismo (como diabetes) y desórdenes mentales y neurológicos (Rodriguez Duque & Miguel Soca, 2020).

¿Cómo funcionan los medicamentos?

¿Cómo funcionan los medicamentos?

La biotransformación es el proceso mediante el cual el fármaco se convierte en la molécula capaz de aliviar nuestros síntomas y que después sea eliminada fácilmente del organismo, a grandes rasgos lo que sucede es que una serie de enzimas lleva a cabo modificaciones en la estructura de los compuestos, en donde primero lo descomponen a una versión más simple para que puedan llevar a cabo su función, para posteriormente añadir otras moléculas presentes en el cuerpo que facilitan su salida del organismo. Podríamos decir que se trata de 3 etapas:

  • Descomposición para su funcionalización

  • Modificaciones para disminuir su actividad

  • Eliminación del organismo

Cualquier alteración en alguna de las 3 etapas podría causar una falla en el tratamiento o la aparición de efectos adversos, los cuales son efectos no deseados que aparecen aunque se tome la dosis recomendada por el médico, existen 3 diferentes tipos de reacciones adversas: por dosis, origen alérgico e idiosincráticas (tienen origen genético) (Smith Marsh, 2018). Los efectos adversos relacionados con la genética son impredecibles sin una prueba farmacogenómica y se presenta en solo una pequeña parte de la población.

¿Sabes cómo se desarrolla un medicamento?

Este es un proceso muy tardado que puede empezar debido a que un investigador encontró un compuesto que puede ser útil contra alguna enfermedad, lo primero que se realiza es el estudio de este compuesto; las propiedades que posee, su estructura, funciones, mecanismo de acción, pero lo más importante es comprobar que sea seguro para el consumo humano. Una vez que se conoce lo anterior es posible pasar a realizar pruebas en humanos, en donde se evaluarán los efectos adversos que podrían presentarse y, en muchas ocasiones, lo que recibe mayor importancia es el porcentaje de personas en las que fue eficiente el tratamiento. 

Lo anterior significa que uno de los requisitos para que un medicamento sea aprobado es que sea efectivo en una gran parte de la población y que la probabilidad de presentar un efecto adverso sea escasa, ya que de esta forma es más seguro para los médicos recetar medicamentos que tengan el efecto deseado y evitar uno dañino; para decirlo de otra manera, podemos ver a los medicamentos como de “talla única”, diseñados con el propósito de que a todos les “quede” bien, pero desde siempre se ha sabido que esto no sucede así.

¿Alguna vez leíste la ficha técnica de un medicamento por curiosidad? Pues si recuerdas un poco, en esta ficha vienen los porcentajes o la frecuencia con la que se presentan efectos adversos, podría llegar a pensarse que se refiere a la estimación de ocasiones en las que el fármaco falla, pero no es que tenga un defecto, sino que es la probabilidad de que una persona posea una variación genética que no le permitirá asimilar el medicamento como se esperaría ocasionando efectos secundarios.

Aquí es donde entra la farmacogenómica, debido a que todo se encuentra en los genes es que a través de una prueba de respuesta a fármacos los médicos podrán saber exactamente qué medicamentos y qué dosis funcionan mejor en cada individuo, sin que exista la preocupación de que haya un efecto que pudiera ser perjudicial y, en lugar de esto, ocurra realmente un avance positivo en el tratamiento.

Tipos de metabolizadores

Todos reaccionamos diferente a la gran variedad de medicamentos que existen.

Como se mencionaba más arriba, existen enzimas que se encargan de transformar a los medicamentos en las sustancias capaces de curar nuestras enfermedades y después poder eliminarla del organismo, a esta acción se le conoce como metabolismo o biotransformación de fármacos. 

Existe una superfamilia de enzimas hepáticas citocromos P450 (CYP450) que son las principales encargadas de metabolizar las sustancias que vienen del exterior (medicamentos, alimentos, contaminantes, etc.), pero no es la única, los cambios en la composición de las instrucciones para la fabricación de las enzimas son las responsables de que ocurran las variaciones en la respuesta a fármacos, es decir, determinan el tipo de reacción que presentarán, y que puede ser positiva, negativa o sin ningún efecto.

Los resultados de una prueba farmacogenómica pueden clasificarse de la siguiente forma (Pierna Álvarez et al., 2018):

  • Metabolizador pobre o deficiente: los pacientes con esta variante tienen una actividad enzimática muy reducida o incluso nula, por lo que necesitaran de dosis más altas u otro fármaco. Al menos un 10% de la población pertenece a esta clasificación.

  • Metabolizador intermedio: los pacientes que pertenecen a este grupo tienen una variante que reduce el metabolismo del medicamento y hace necesaria la prescripción de una dosis más alta.

  • Metabolizador normal: estas personas tienen enzimas que trabajan de forma normal o la esperada para al menos el 78% de las personas.

  • Metabolizador rápido: los pacientes con esta variación transforman los fármacos rápidamente y necesitan de dosis más altas.

  • Metabolizador ultrarrápido: en estas personas la actividad enzimática es muy elevada, por lo que necesitan de dosis más altas u otros medicamentos que realmente funcionen. Se estima que al menos 2% de la población son metabolizadores ultrarrápidos.

Se han creado proyectos en los que se investigan las variaciones genéticas que existen para el metabolismo de fármacos con el fin de recolectar y guardar la información en bases de datos que nos permiten consultar esa información de ser necesario, lo que pone al alcance la información necesaria para poder interpretar los resultados de una prueba de farmacogenómica (Rodriguez Duque & Miguel Soca, 2020).

Medicina personalizada

Este tipo de medicina va orientado al desarrollo de tratamientos médicos adaptados a las necesidades y características específicas de cada individuo, ya que todos somos diferentes unos de otros, a pesar de que somos 99% idénticos el 1% restante es capaz de crear una gran variabilidad genética, lo cual corresponde a las diferencias características de cada población; y que van a impactar en los tipos de cuidados, prevención, diagnóstico, tratamiento y, finalmente, la respuesta.

Es debido a lo anterior que se necesitan de nuevas herramientas en el área de la salud, que sean capaces de hacer una diferencia respecto a las prescripciones tradicionales que aún se utilizan actualmente, que en ocasiones se basan en ensayos de prueba y error; y que permitan la implementación tratamientos más eficientes y con una escasa probabilidad de presentar reacciones adversas, en conjunto permitirán obtener beneficios como el tratamiento inmediato de las enfermedades y una reducción de los costos de salud. Una de estas herramientas son las pruebas farmacogenómicas, que en un futuro podrían convertirse en indispensables para los profesionales de la salud.

Conclusiones

El objetivo de la farmacogenómica es el poder diseñar un tratamiento personalizado con base en la genética de cada paciente, para dejar de lado la duda de si el tratamiento será efectivo o no, de igual forma convierte los tratamientos en estrategias más seguras, ya que es posible detectar quién podría presentar efectos adversos.

En la actualidad, el uso de la farmacogenómica aún no es muy común, debido a que no muchos profesionales de la salud cuentan con la capacitación para interpretar los resultados de una prueba de fármacos, sin embargo, encontrar a estos profesionales no es imposible, cada vez son más los que optan por realizar una prueba de este tipo. Puedes encontrar información sobre esta prueba dando click aquí.

Los beneficios a destacar del uso de una prueba farmacogenómica en las consultas son la reducción del tiempo para el comienzo del tratamiento de una enfermedad al eliminar el tiempo de espera para la observación de cambios en los pacientes, reducir al máximo la probabilidad de efectos adversos y una reducción de los costos de salud al ser capaces de tratar la enfermedad desde el primer momento.

Referencias

  • Pierna Álvarez, M., Marcos-Vadillo, E., García-Berrocal, B., & Isidoro-García, M. (2018). Farmacogenómica: la medicina personalizada. Revista Del Laboratorio Clínico. doi:10.1016/j.labcli.2018.07.

  • Quiñones, L., Roco, Á., Cayún, J. P., Escalante, P., Miranda, C., Varela, N., Meneses, F., Gallegos, B., Zaruma-Torres, F., & Lares-Asseff, I. (2017). Farmacogenómica como herramienta fundamental para la medicina personalizada: aplicaciones en la práctica clínica. Revista Médica de Chile, 145(4), 483–500.doi:10.4067/s0034-98872017000400009

  • Rodriguez Duque, R., & Miguel Soca, P. E. (2020). Farmacogenómica: principios y aplicaciones en la práctica médica. Revista Habanera de Ciencias Médicas, 19(6).

  • Smith Marsh, D. E. (2018). Reacciones adversas a los fármacos. University of Illinois at Chicago College of Pharmacy.

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