El héroe desconocido: microbiota intestinal vs COVID prolongado
Cómo olvidar aquel virus con corona que nos mandó a encerrarnos en nuestras casas por lo menos 2 años. Desde enero del 2020, en noticias y redes sociales no se veía ni hablaba de nada más que esta enfermedad, que había dado inicio en diciembre del 2019 en la ya conocida Wuhan, China. Los motivos de su origen y las teorías conspirativas se extendían por todo el mundo al igual que los casos de contagios, los gobiernos claramente intentaban controlar la situación colocando restricciones e ideando posibles soluciones a una enfermedad que podría causarte síntomas tan inofensivos como los relacionados al resfriado común hasta síntomas mortales como dificultad para respirar.
Si caíste en las garras micrométricas de este famoso enemigo, muy probablemente, durante tu recuperación, tuviste que estar aislado por un tiempo dependiendo de la variante. Pero, ¿qué tan difícil fue para ti volver a tu rutina después de eso? ¿Notaste alguna diferencia en tu yo post-covid? Si fue así, esto tiene una razón, y es conocido como COVID prolongado.
Este es un padecimiento en el que se presentan síntomas por secuelas de la COVID-19 luego de más de 3 semanas después de haber pasado por la fase aguda (periodo de tiempo desde que se presentan los signos y síntomas hasta 2 y que puede tener una duración de 2 o 4 semanas, dependiendo de la gravedad de la enfermedad), pueden tener una duración de varias semanas e incluso meses. Síntomas como malestar y fatiga, dificultad para respirar, dolor en los pectorales de forma inespecífica, taquicardia y tos pueden ser algunas de las secuelas que nos dejó como recuerdo esta enfermedad, pero tranquilos que este padecimiento no se presenta en todos y por esto más adelante hablaremos sobre los factores que contribuyen a desarrollar COVID prolongado.
Sin duda alguna el COVID llegó para quedarse, por tal motivo un grupo de investigadores han estado tratando de entender los mecanismos desconocidos en los que actúa el virus, y de este modo hubo un hallazgo de gran valor que te sorprenderá:
Se determinó que el estado de la microbiota intestinal tenía un gran impacto sobre el padecimiento del COVID prolongado, e incluso encontraron que dependiendo el estado de la población bacteriana de la microbiota influye en el tipo de síntomas que se presentan. Sorprendente, ¿verdad?
¿Qué es la COVID-19?
Vamos a poner un poco de contexto científico a lo que es COVID-19.
Esta enfermedad que nos dificultó la vida por 2 años, es ocasionada por la infección del coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), resulta ser que es un virus zoonótico, y como algunos pudieron imaginar por las primeras letras, esto quiere decir que puede transmitirse entre animales y humanos. Y aunque no conocemos a ciencia cierta qué animal era el reservorio original, se sabe que el trayecto del virus tuvo que ser primero de un animal a otro, y después de animal a humano para que, finalmente, pudiera transmitirse de humano a humano.
El SARS-CoV-2 resultó ser tan fácil de ser transmitido, que solo bastaban un par de gotitas de saliva al hablar o al exhalar el aire para contagiar a otra persona y provocar una gran cadena de contagios.
SARS-CoV-2
Siguiendo con términos científicos, el virus infecta nuestro cuerpo gracias a la unión que hace con el receptor de una enzima convertidora de angiotensina II, esta enzima no solo se encuentra en los pulmones, sino también en el corazón, los vasos sanguíneos, el hígado, el sistema nervioso y gastrointestinal.
Ahora hablemos de las etapas que puedes llegar a presentar o que ya presentaste durante tu periodo teniendo COVID:
Fase aguda: En esta primera fase los signos y síntomas tienen una duración de 2 semanitas, pero podría alargarse a cuatro semanas si el caso es más grave.
Fase postaguda: Esta fase puede alargarse a más de cuatro semanas.
Síndrome post-COVID-19: Para este momento debes de pensar que es suficiente convivir con el COVID dentro de tu sistema por 3 meses, pero desgraciadamente existe una fase conocida como síndrome post-covid donde los signos y síntomas se aferran a ti por más de doce semanas. Y es justamente esta fase de la que vamos a hablar el día de hoy en este blog.
¿Qué es COVID prolongado?
Ahora sí, ¿qué es el COVID prolongado?
Fue en octubre de 2021 que la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el post-COVID en base a un estudio realizado en pacientes con infección demostrada o probable, generalmente contando 3 meses desde el inicio de los síntomas, con una duración al menos de 2 meses y sin diagnóstico alternativo, por lo tanto, considerando lo anterior y otros indicadores de que el virus permanece en nuestro sistema más tiempo de lo esperado; se han propuesto definiciones para el diagnóstico y manejo de estos pacientes:
Primero tenemos el COVID-19 sintomático subagudo, bastante largo el nombre, pero en general quiere decir que tendrás síntomas persistentes de 4 a 12 semanas después de la infección aguda que habíamos dicho anteriormente.
Por otra parte, tenemos el síndrome crónico o post-COVID-19, que incluye síntomas que están presentes por más de 3 meses desde el comienzo de la infección aguda y que no hay diagnósticos alternativos (otras enfermedades).
Esta definición un poco confusa nos otorga 2 puntos clave a considerar que confirma algunas características que nos ayudan a entender qué es el COVID prolongado.
La primera es en cuanto a la duración que deben tener los síntomas para ser clasificados como pertenecientes al COVID prolongado, ya que según la experiencia propia de muchos afectados la persistencia de síntomas en las primeras 4-8 semanas tras la infección es una constante en los pacientes al igual que la resolución y recuperación progresiva dentro de estos días, por lo tanto y de forma un poco “arbitraria” se tiene una duración de 12 semanas. Más allá de eso se considera como COVID prolongado.
Y el segundo punto a considerar en esta definición es el no poder otorgarle otro diagnóstico o “la ausencia de diagnóstico alternativo”, mencionado de forma más formal, la identificación de estos son fundamentales para la caracterización de la sintomatología del síndrome, ya que estos si bien puedan ser de nueva aparición, pueden estar relacionados con otros procesos, ser independientes o desencadenados por la misma infección.
Esta enfermedad no nos la pone fácil, pacientes que presentaron síntomas muy leves e incluso aquellos que fueron asintomáticos no se escapan de padecer COVID prolongado, pero ¿qué factores realmente pueden darnos una pista sobre si desarrollaremos COVID prolongado?
Como con el COVID normal, las causas exactas para el COVID prolongado todavía son un misterio, pero ciertos factores han podido ser reconocidos, como por ejemplo ser del sexo femenino, tener obesidad, que la edad se encuentre entre los 35 y 55 años de edad, y que hubiesen estado hospitalizados; los factores anteriormente mencionados son estados que dañan al cuerpo sin querer, ya que pueden llegar a obligar al sistema inmunológico a trabajar de forma excesiva, a tal punto que nuestras células sanas resultan dañadas con tal de luchar contra la enfermedad.
Pero hay un factor muy interesante y que no se había considerado: LA MICROBIOTA INTESTINAL.
¿Qué relación tiene la microbiota intestinal con COVID prolongado?
La microbiota intestinal (tal vez la conociste como flora intestinal, su antiguo nombre) son los microorganismos “amigables” que se encuentran en nuestro intestino, es bastante activa dentro del cuerpo, desde llevar funciones nutricionales como neuronales, podríamos decir que es nuestro héroe. Uno de sus papeles primordiales se centra en la regulación del sistema inmunológico, trabaja como protector contra microorganismos que intentan invadir tu intestino; es decir, son microorganismos que te protegen de otros microorganismos. Por lo tanto, tener una microbiota saludable puede ser de gran ayuda a la hora de enfrentarte al COVID-19, ya que, si bien algunos de los síntomas típicos son respiratorios, también se presentan síntomas asociados a otros órganos de nuestro cuerpo como la diarrea, nauseas y colitis ulcerosa.
Liu y colaboradores (2022) encontraron que la presencia de ciertas especies de microorganismos es lo que provoca síntomas particulares de COVID prolongado, por ejemplo:
Las bacterias oportunistas (son microorganismos que se aprovechan cuando nuestro sistema inmune está distraído) resultan en síntomas respiratorios persistentes.
La presencia de bacterias nosocomiales (son aquellas que se adquieren durante el tiempo en que se está hospitalizado), como Clostridium innocuum y Actinomyces naeslundii; provocan síntomas neuropsiquiátricos y fatiga.
En resumen, los resultados que se obtuvieron dejaron ver una gran diferencia entre la composición de la microbiota de pacientes que presentan COVID prolongado de aquellos que no, y descartaron factores como edad y género. Lo anterior indica que las personas con COVID prolongado tienen otro problema de raíz: disbiosis intestinal, es decir, que tiene menos bacterias “buenas” que puedan ayudar a mantener un equilibrio en el organismo.
Nuestro héroe desconocido, la microbiota intestinal, tiene un papel muy importante en la regulación del sistema inmunológico y es gracias a esta que puedes recuperarte completamente de esta enfermedad, así que es importante mantenerla siempre fuerte, de lo contrario las continuas alteraciones resultarán en síntomas persistentes.
Tratamientos enfocados en la microbiota intestinal
Aunque aún no se cuenta con un tratamiento específico para tratar los síntomas del COVID prolongado e incluso no existe una prueba específica para hacer un diagnóstico hay tratamientos con mucho potencial contra los síntomas de este síndrome post-COVID.
Pero antes, algo vital a tener en cuenta es tomar antibióticos de forma adecuada, solo cuando nuestro médico lo recomiende y durante el tiempo indicado, ya que después del descubrimiento de los antibióticos estos comenzaron a ingerirse como si fueran dulces, no había control y debido a esto le dimos la bienvenida a las superbacterias, microorganismos resistentes a antibióticos que no pueden eliminarse fácilmente. Aunado a la pesadilla anterior, los antibióticos no solo eliminan a las bacterias que nos enferman, sino también a las bacterias que nos cuidan, pero tranquilos, es posible recuperar el balance de la microbiota intestinal de varias formas.
Alimentarse de forma adecuada, hacer actividad física, gestionar el estrés y dormir de forma adecuada es lo que mantiene el equilibrio en la microbiota intestinal, sin embargo, en ocasiones podrías necesitar la ayuda de probióticos.
Los probióticos son alimentos y suplementos que contienen microorganismos que aportan grandes beneficios al organismo, cumplen diferentes tareas como restaurar la microbiota intestinal, liberar sustancias contra bacterias dañinas, evitar que los patógenos hagan de nuestro cuerpo su casa, ayudar al sistema inmune a aumentar la defensa de nuestras barreras naturales, estimular la secreción de proteínas defensinas (antimicrobianos naturales), entre otras funciones. Puedes conocer diferentes opciones que existen dando click aquí.
Además de los probióticos, existe otro potencial tratamiento: el trasplante fecal. A este tratamiento también se le conoce como bacterioterapia y trasplante de microbiota fecal. A grandes rasgos, es un procedimiento en el que un doctor trasplanta material fecal de un donador sano a otro enfermo con el objetivo de restaurar la microbiota intestinal y es que estimula al cuerpo del receptor a desarrollar bacterias amigables, que le ayuden a recuperarse de ciertas infecciones y reducir síntomas graves de problemas de salud intestinal.
¿Qué se busca exactamente con estos tratamientos? El crecimiento de bacterias amigables que producen ácido butírico. Esta sustancia es liberada por bacterias como Bifidobacterium pseudocatenulatum y Faecalibacterium prausnitzii y lo que hace es eliminar a las bacterias que provocan los síntomas de COVID prolongado (las oportunistas y nosocomiales que se habían mencionado).
Conclusión
A estas alturas, es muy difícil evitar una infección de COVID-19. Medidas como el uso de cubrebocas, mantener distancia y lavar constantemente las manos son efectivas, pero también es muy probable que ocurran descuidos y es entonces cuando ocurre el contagio.
Es por esto que las medidas de precaución anteriores deben combinarse con un estilo de vida saludable. Nunca está de más cuidarse, ya que los hábitos saludables nos aportarán un cambio positivo a nuestro organismo en general, pero especialmente a nuestra microbiota intestinal, que como se habló en este blog, es un poderoso aliado de nuestro sistema inmunológico.
Afortunadamente en la actualidad existen pruebas que pueden ayudarte a saber si existe un desbalance en tu microbiota, como la prueba GastroTest de nutriADN.
Referencias
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